El Universo que otros llaman la Biblioteca (Homenaje a J. L. Borges)

61 piezas hexagonales de espejos, 8 rodillos de madera, tanza o hilo, tiras de páginas de la enciclopedia tratadas con aceite de linaza y cosidas por su borde mayor, dos bastidores de 150 x 150 cm.

La Biblioteca de Babel es el nombre que recibe un sugerente cuento escrito por el escritor argentino Jorge Luis Borges (1899 -1986). Este cuento se publicó por primera vez en la colección de relatos “El jardín de senderos que se bifurcan” en la década de 1941; una colección que más tarde fue incluida en otro recopilatorio llamado Ficciones (1944).

Comienza así su relato:

«El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente. […] Una de las caras libres da a un angosto zaguán, que desemboca en otra galería, idéntica a la primera y a toda.»

Unos párrafos más abajo sigue describiendo esta alucinante biblioteca imaginaria donde entran en juego los espejos como duplicadores infinitos del espacio:

«En el zaguán hay un espejo, que fielmente duplica las apariencias. Los hombres suelen inferir de ese espejo que la Biblioteca no es infinita (si lo fuera realmente ¿a qué esa duplicación ilusoria?); yo prefiero soñar que las superficies bruñidas figuran y prometen el infinito…»

En este cuento se habla sobre la especulación de un universo constituido de una biblioteca de todos los libros posibles, en la cual sus libros están arbitrariamente ordenados, o sin orden aparente.

De acuerdo a palabras expresadas por el propio autor, en su prólogo a Ficciones antes de escribir este cuento, también tuvo la oportunidad de redactar un ensayo que tituló “La Biblioteca Total” publicado en el número 59 de la revista Sur en 1939 donde medita acerca de la idea de la biblioteca infinita. En dicho trabajo, el autor comenta los antecedentes temáticos de una biblioteca infinita que luego se materializarían en su cuento publicado en los años 40.

Como curiosidad, en la actualidad, el manuscrito de este cuento está en manos del librero John Wronski, quien es propietario de la librería de viejo Lame Duck Books de Cambridge. El cuento fue realizado en un cuaderno de contabilidad, en el que se pueden observar abundantes correccionesdeprimeramanoysubrayados. Wronskicompróelmanuscritoasuanterior propietario, un coleccionista privado argentino, quien lo recibió del archivo de la revista Sur.

En La Biblioteca de Babel el escritor argentino nos describe, a través de metáforas un universo eterno lleno de todos los libros que se han creado. En cierta forma, todo bibliotecario encuentra su justificación en la existencia de la biblioteca de Babel y en que ella guarda un único libro que es la suma de la sabiduría de los demás, con esa idea, la de un libro que sea una totalidad de toda la existencia se basa la argumentación de este cuento, que también es una alusión al relato bíblico del Génesis, cuando los hijos de los hombres realizaron una construcción tan alta que llegó al infinito, a los límites mismos del cielo. Mi proyecto, por tanto, bebe literal y metafóricamente de las fuentes de este relato, como su propio título ya anticipa, aunque también de otros, en una especie de palinsesto referencial donde las distintas capas de significados junto a los avatares del tiempo se mezclan e interfieren.

La Gran Enciclopedia

Las enciclopedias, por otro lado, son las herederas de esa larga tradición y el anhelo de reunir y catalogar de forma sistemática en un único lugar el saber y el conocimiento total del mundo, cuya máxima expresión la encontramos en la mítica Biblioteca de Alejandría, donde además no solo se almacenaban todos los libros posibles sino que era el lugar donde un nutrido grupo de especialistas y sabios de distintas disciplinas venidos de todos los rincones del mundo conocido vivían allí con todos los lujos pero perennemente recluidos y ocupados en infinitas y encendidas discusiones acerca de qué libros debían proveerse para sus fondos, qué otros copiarse o descartarse o bien, traducirse de su idioma original al griego. Una especie de Wikipedia enciclopédica de la Antigüedad.

La Encliclopedia Universal Ilustrada de Hijos de J. Espasa Editores y en concreto mi tomo número 33 (correspondiente a la sección alfabética MARI/MECH) está presente en una selección de páginas trasladadas del tomo original a los 8 rodillos de madera ( de los de amasar de cocina) colgados desde el techo de los que se despliegan las páginas (previstas que vayan cosidas en su canto largo con hilo rojo) hasta la solería de espejos hexagonales en una especie de cascada o desplegable. Las páginas han sido tratadas con aceite de linaza para hacerse traslúcidas y apergaminadas, anulándose así el sentido de su contenido escrito ya que lo que se ve es una amalgama de signos ilegibles en su mayoría, como si estuviese escrita en una especie de idioma desconocido. Las salpicaduras rojas aluden al sufrimiento y a la sangre vertida a lo largo de la historia para que este conocimiento haya podido llegar hasta la actualidad.

Rollos y papiros, el infinito en un junco

Dichos rollos, por otro lado aluden al origen de los libros, cuando éstos se hacían con largas tiras de fibras de papiro, se transportaban como tesoros de incalculable valor y se leían en este formato que fue el que perduró durante muchos siglos hasta la llegada de la imprenta. Dicha “imagen” me vino precisamente leyendo un libro sobre el origen de los libros, “El infinito en un junco” de la escritora Irene Vallejo, una joya de exquisita lectura en todos los sentidos.

Hexágonos y espejos

Los espejos colocados en el suelo formando una malla hexagonal de 61 piezas buscan insinuar y amplificar bidireccionalmente el concepto de infinitud espacial cielo-tierra con las cascadas de páginas que penden desplegadas de los rodillos que cuelgan del techo. Este círculo de hexágonos simbolizaría por otro lado la misma etimología de la palabra “Enciclopedia” que viene del latín tardío «encyclopaedĭa» y a su vez de un inusual griego «εγκυκλοπαιδεια (enkyklopaideia), error de lectura por «εγκυκλιοςπαιδεια» (enkykliospaideia) quepodemos traducir por “educación para un círculo extenso” o más resumidamente como “educación redonda”. El sentido que sean hexágonos y no otras figuras geométricas ya lo aclara el propio Borges en la descripción inicial de su Biblioteca:

«Los idealistas arguyen que las salas hexagonales son una forma necesaria del espacio absoluto o, por lo menos, de nuestra intuición del espacio. Razonan que es inconcebible una sala triangular o pentagonal»

Documentación del proceso creativo

En el siguiente enlace puedes leer más sobre la Génesis y sentido de la obra.

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